Día mundial del autismo: la ayuda de la tecnología, nexo hacia la autonomía
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Los soportes digitales y las aplicaciones móviles se han convertido en algo esencial para muchas familias con niños con autismo porque facilitan su comunicación, sus relaciones con los demás y su día a día, haciendo que muchas veces estos menores y adultos puedan desarrollar sus actividades casi de forma autónoma. Un recurso útil que merece un recordatorio hoy domingo, 2 de abril, jornada en la que se celebra el Día Mundial de Concienciación del Autismo, que estipuló la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 2007.
Los trastornos del espectro del autismo (TEA) hacen que las personas que los padecen tengan un desarrollo distinto, debido a que su configuración neuronal es diferente. Los TEA son muy complicados de clasificar, porque hay mucha variabilidad y afectan tanto a la comprensión social como a la flexibilidad de comportamiento y pensamiento. Normalmente, se identifican señales de alerta en el desarrollo de la persona con autismo entre los 18 y 24 meses de edad, aunque en muchos casos el diagnóstico no se realiza hasta edades más avanzadas.
"Tenemos que ser conscientes que las personas con autismo usan partes del cerebro que las personas sin trastorno usan tan solo para lo visual, por ejemplo. Y que la tecnología es el canal. Es algo muy atractivo para ellas y es más predecible que las personas. Abres una App, aprietas el botón y siempre te encuentras lo mismo”, explica Gerardo Herrera, hermano de una persona con autismo e investigador de la Universidad de Valencia que dedica su vida a la tecnología y el autismo. “Existen muchas aplicaciones en torno al autismo, puede haber más de 1.000, algo que ha distorsionado un poco la información. Pero que valgan la pena, no hay más de 80 o 90 que tienen mucha más calidad, más personalizables. Además, son muy claras e intuitivas”, añade el experto que también es el presidente Autismo Ávila,.
"Para elegir bien una aplicación, los padres pueden usar en Appyautism, es un buscador que filtra muy bien la información. Ahora mismo, además, estoy inmerso en un proyecto denominado Smart-ASD y en el que participan 11 entidades de España, Reino Unido y Turquía, en el que estamos creando una aplicación para la persona con autismo que hace una evaluación de la capacidad de su manejo. Además, realiza entrevistas a las personas del entorno sobre su conocimiento de la tecnología. Y después te recomienda aplicaciones muy ajustadas a ese perfil. El fin es emparejar la tecnología con las personas”, explica Herrera.
"Hay muchos estudios que relacionan el autismo con la tecnología. Pero hay algo a destacar, las investigaciones, sus resultados, tienen una vida larga mientras que la tecnología avanza con gran rapidez. Y es un obstáculo. El móvil o la tableta es un aporte físico de la comunicación y las aplicaciones el medio que es capaz de crearla, de registrar la voz de los niños o crear pictogramas y videomodelado con cosas cotidianas –vídeos de cómo vestirse, comer o lavarse los dientes, por ejemplo-. Pero es muy importante también el humano y este debe ser especializado”, añade Herrera. “Con personas que conozcan el autismo y en centros inclusivos que no segreguen”, incide. “Pero hay algo que quiero dejar claro: la tecnología es beneficiosa, pero cada persona es diferente y las familias deben ser conscientes de que lo que le funciona a un niño con autismo, puede no funcionarle a otro”, termina.
Los trastornos del espectro del autismo (TEA) hacen que las personas que los padecen tengan un desarrollo distinto, debido a que su configuración neuronal es diferente. Los TEA son muy complicados de clasificar, porque hay mucha variabilidad y afectan tanto a la comprensión social como a la flexibilidad de comportamiento y pensamiento. Normalmente, se identifican señales de alerta en el desarrollo de la persona con autismo entre los 18 y 24 meses de edad, aunque en muchos casos el diagnóstico no se realiza hasta edades más avanzadas.
"Tenemos que ser conscientes que las personas con autismo usan partes del cerebro que las personas sin trastorno usan tan solo para lo visual, por ejemplo. Y que la tecnología es el canal. Es algo muy atractivo para ellas y es más predecible que las personas. Abres una App, aprietas el botón y siempre te encuentras lo mismo”, explica Gerardo Herrera, hermano de una persona con autismo e investigador de la Universidad de Valencia que dedica su vida a la tecnología y el autismo. “Existen muchas aplicaciones en torno al autismo, puede haber más de 1.000, algo que ha distorsionado un poco la información. Pero que valgan la pena, no hay más de 80 o 90 que tienen mucha más calidad, más personalizables. Además, son muy claras e intuitivas”, añade el experto que también es el presidente Autismo Ávila,.
"Para elegir bien una aplicación, los padres pueden usar en Appyautism, es un buscador que filtra muy bien la información. Ahora mismo, además, estoy inmerso en un proyecto denominado Smart-ASD y en el que participan 11 entidades de España, Reino Unido y Turquía, en el que estamos creando una aplicación para la persona con autismo que hace una evaluación de la capacidad de su manejo. Además, realiza entrevistas a las personas del entorno sobre su conocimiento de la tecnología. Y después te recomienda aplicaciones muy ajustadas a ese perfil. El fin es emparejar la tecnología con las personas”, explica Herrera.
"Hay muchos estudios que relacionan el autismo con la tecnología. Pero hay algo a destacar, las investigaciones, sus resultados, tienen una vida larga mientras que la tecnología avanza con gran rapidez. Y es un obstáculo. El móvil o la tableta es un aporte físico de la comunicación y las aplicaciones el medio que es capaz de crearla, de registrar la voz de los niños o crear pictogramas y videomodelado con cosas cotidianas –vídeos de cómo vestirse, comer o lavarse los dientes, por ejemplo-. Pero es muy importante también el humano y este debe ser especializado”, añade Herrera. “Con personas que conozcan el autismo y en centros inclusivos que no segreguen”, incide. “Pero hay algo que quiero dejar claro: la tecnología es beneficiosa, pero cada persona es diferente y las familias deben ser conscientes de que lo que le funciona a un niño con autismo, puede no funcionarle a otro”, termina.