El Peje (anti)bíblico
Desde 1789, la humanidad parecía haber llegado a un consenso: la ley de Dios y la ley de los hombres no tenían por qué ser la misma cosa. Los asuntos del Cielo y los asuntos del Estado no tenían por qué ir en el mismo carruaje. Pero como sucede cada que los argumentos de la razón y la inteligencia se agotan, Dios (o la idea de Dios o la palabra de Dios) acude al rescate de los ambiciosos con pereza mental.
Andrés Manuel López Obrador entre ellos. Ni duda cabe de que es un provocador. Ésta es, junto con su capacidad para comunicar, una de las cualidades que le han permitido construir su carrera política, la misma que está llena de claroscuros. Pero su discurso mesiánico y el ardor de su “feligresía” lo han alejado cada vez más del pudor liberal que debiera acompañar a la postura secular de alguien que se autoproclama líder de la izquierda. Son demasiados los datos para decir que de izquierda no es. Incontables las veces en que se le ha cuestionado por qué su agenda de libertades parece una extensión de la de un partido de derecha. Para AMLO las libertades deben estar sujetas a la opinión de una mayoría. Para nadie es secreto que López Obrador es cristiano y eso, en realidad, poco o nada debería importarnos, sólo que, al mismo tiempo, se dice seguidor de Benito Juárez.
Seguramente Juárez lo habría trolleado el domingo pasado cuando AMLO tuiteó: “No pagar a los maestros es anticonstitucional y antibíblico: ‘No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente’ (Levítico)...” ¿Pues qué no El Peje quiere gobernar un país laico? Contrario a lo que pregona, parece que para AMLO no existen las Leyes de Reforma, sólo los bloqueos en la avenida del mismo nombre. No faltaron los tuiteros que le aclararon a AMLO que el mandamiento aplicaba cuando el salario era devengado. No de otra forma. Si de condenar con pasajes de la Biblia se trata, tal vez AMLO debería tener más cuidado o mejor memoria. Como respuesta a su tuit, se podría citar el siguiente pasaje del mismo sagrado documento: “El que no trabaje, no podrá comer” (Tesalonicenses 3:10). Y se me ocurren muchos más, para hablar con El Peje en su mismo sagrado dialecto:
¿Se acuerdan cuando dijo que ya no tenía hermano, pues Arturo López Obrador hizo campaña para Héctor Yunes en Veracruz? Le recordamos, pues, éste?: “Yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (Mateo 5:22).
O cuando pienso en ese deseo de poder que lo ha llevado dos veces a buscar la Presidencia y va por la tercera: “Por nada estéis afanosos” (Filipenses 4:6-7). O cuando, antes de que las cosas sucedan, ya anuncia un compló: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias...” ( Filipenses 4:6-7).
O cuando los legisladores de su partido dicen también trabajar por la honestidad, pero se opusieron a la #Ley3de3: “Abominación son a Jehová las pesas falsas, y la balanza falsa no es buena...” (Proverbios 20:23). O cuando hace un par de semanas prometió que en 15 días entregaría su #3de3 y nada, dice su equipo que no hay fecha de entrega: “El que practica el engaño no morará en mi casa; El que habla mentiras no permanecerá en mi presencia...” (Salmos 101:7).
Podríamos seguirnos así con cada disparate que le escuchamos a Andrés Manuel, pero lo que más nos interesa entender es de qué lado está parado: ¿es juarista o es cristiano? ¿Con la Biblia en la mano aplicaría la ley en caso de ser Presidente?
Pero el que le dejo aquí como sagrado para él, pero para mí estándar, es un muy racional consejo de un pasaje del Evangelio según Mateo: “Con la medida que mides serás medido”... Bíblica y constitucionalmente.
ADDENDUM: “Yo soy el Alfa y la Omega. ¡Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve!” (Apocalipsis 1:14)... Apocalipsis now.
Fuente:EXCÉLSIOR
Andrés Manuel López Obrador entre ellos. Ni duda cabe de que es un provocador. Ésta es, junto con su capacidad para comunicar, una de las cualidades que le han permitido construir su carrera política, la misma que está llena de claroscuros. Pero su discurso mesiánico y el ardor de su “feligresía” lo han alejado cada vez más del pudor liberal que debiera acompañar a la postura secular de alguien que se autoproclama líder de la izquierda. Son demasiados los datos para decir que de izquierda no es. Incontables las veces en que se le ha cuestionado por qué su agenda de libertades parece una extensión de la de un partido de derecha. Para AMLO las libertades deben estar sujetas a la opinión de una mayoría. Para nadie es secreto que López Obrador es cristiano y eso, en realidad, poco o nada debería importarnos, sólo que, al mismo tiempo, se dice seguidor de Benito Juárez.
Seguramente Juárez lo habría trolleado el domingo pasado cuando AMLO tuiteó: “No pagar a los maestros es anticonstitucional y antibíblico: ‘No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente’ (Levítico)...” ¿Pues qué no El Peje quiere gobernar un país laico? Contrario a lo que pregona, parece que para AMLO no existen las Leyes de Reforma, sólo los bloqueos en la avenida del mismo nombre. No faltaron los tuiteros que le aclararon a AMLO que el mandamiento aplicaba cuando el salario era devengado. No de otra forma. Si de condenar con pasajes de la Biblia se trata, tal vez AMLO debería tener más cuidado o mejor memoria. Como respuesta a su tuit, se podría citar el siguiente pasaje del mismo sagrado documento: “El que no trabaje, no podrá comer” (Tesalonicenses 3:10). Y se me ocurren muchos más, para hablar con El Peje en su mismo sagrado dialecto:
¿Se acuerdan cuando dijo que ya no tenía hermano, pues Arturo López Obrador hizo campaña para Héctor Yunes en Veracruz? Le recordamos, pues, éste?: “Yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (Mateo 5:22).
O cuando pienso en ese deseo de poder que lo ha llevado dos veces a buscar la Presidencia y va por la tercera: “Por nada estéis afanosos” (Filipenses 4:6-7). O cuando, antes de que las cosas sucedan, ya anuncia un compló: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias...” ( Filipenses 4:6-7).
O cuando los legisladores de su partido dicen también trabajar por la honestidad, pero se opusieron a la #Ley3de3: “Abominación son a Jehová las pesas falsas, y la balanza falsa no es buena...” (Proverbios 20:23). O cuando hace un par de semanas prometió que en 15 días entregaría su #3de3 y nada, dice su equipo que no hay fecha de entrega: “El que practica el engaño no morará en mi casa; El que habla mentiras no permanecerá en mi presencia...” (Salmos 101:7).
Podríamos seguirnos así con cada disparate que le escuchamos a Andrés Manuel, pero lo que más nos interesa entender es de qué lado está parado: ¿es juarista o es cristiano? ¿Con la Biblia en la mano aplicaría la ley en caso de ser Presidente?
Pero el que le dejo aquí como sagrado para él, pero para mí estándar, es un muy racional consejo de un pasaje del Evangelio según Mateo: “Con la medida que mides serás medido”... Bíblica y constitucionalmente.
ADDENDUM: “Yo soy el Alfa y la Omega. ¡Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve!” (Apocalipsis 1:14)... Apocalipsis now.
Fuente:EXCÉLSIOR
