Primer día de clases
“La pasé muy bien, me agradó mi maestra, mi nuevo salón de clases es más amplio que el anterior… saludé a mis compañeros, además tengo a una nueva amiga, una niña que recién llegó a vivir aquí con sus papás”.
Esas palabras sencillas y contundentes fueron las que expresó Alex, de nueve años, cuando pregunté cómo había pasado su primer día de clases en cuarto grado de primaria.
La niña vive en una ciudad media de la entidad; asiste a una escuela privada que si bien no tiene lujos, sus maestros y padres de familia se esfuerzan por cumplir con el calendario escolar y brindar los elementos básicos para la educación de los menores.
Así de simple, o al menos en esos términos de satisfacción, debería de ser la respuesta de los niños y jóvenes que esta semana retornaron a sus actividades del ciclo escolar 2016-2017, de educación básica, en todo el país.
Sin embargo, los sabemos, esto no es así. No es así, porque miles de esos niños y jóvenes ni siquiera han tenido su primer día de clases.
Hay estados, como Chiapas y Oaxaca, donde aún prevalece el conflicto posterior a la Reforma Educativa, lo que ha motivado que integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación mantengan su protesta con el cierre de escuelas, calles, comercios, carreteras, etc.
Con esas acciones no sólo se frustra el derecho básico de los infantes a la educación, como lo establece la Constitución General de la República: en ciertas regiones del país se llega ya a la parálisis social, económica y política.
También ahí están los acervos hemerográficos y digitales que contienen lo dicho y hecho por el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Meyer, y el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al inicio del ciclo escolar 2016-2017: “Primero educación, después diálogo”, esto en alusión a los maestros en paro. ¿Qué sigue?
Con todo y libros
Después de escuchar la respuesta de Alex en su primer día de clases, pregunté a su mamá si ya les habían entregado los libros de texto gratuito que distribuye la SEP. La respuesta fue positiva.
“Sí, ya los forramos con papel plástico, además colocamos el nombre, grado y grupo. Los libros se quedan en los anaqueles del salón de clases”.
Y sí, efectivamente, desde el pasado mes de julio, la SEP informó la conclusión de la distribución federal de los libros de texto gratuitos para el ciclo 2016-2017.
Desde los almacenes de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos fueron enviados millones de ejemplares a los 231 almacenes de los estados y los 360 puntos de acopio en el Distrito Federal.
En total de 179,770, 899 ejemplares de libros de texto y otros materiales escolares. La distribución comenzó el lunes 4 de abril y a lo largo de 16 semanas se despacharon desde los almacenes de Tlalnepantla y Querétaro, en 3,014 vehículos de carga.
La matrícula atendida es de 26, 754, 932 beneficiarios, alumnos en su mayoría. El catálogo distribuido abarca los niveles de preescolar, primaria y secundaria; las modalidades de escuelas indígenas, secundaria general, técnica y telesecundaria, y el Programa Nacional de Inglés (Proni). Además, se produjeron ejemplares en Braille, para invidentes, y en macrotipo para alumnos con baja visión, de los libros de texto para primaria, secundaria general y Proni. En total, el catálogo para el ciclo 2016-17, que se puede descargar para su consulta en la página www.conaliteg.gob.mx, reúne 1,361 títulos.
La inversión necesaria para producir estos libros fue de 2,595 millones de pesos, según datos proporcionados por la propia Conaliteg.
En la fabricación de los libros de preescolar, primaria y telesecundaria se emplearon aproximadamente 50 mil toneladas de papel para los interiores, en su mayor parte papel reciclado postconsumo, y 36 millones de hojas de cartulina para las portadas.
Recuerdo presidencial
Por cierto, el Presidente Enrique Peña Nieto recordó su primer día de clases en sexto de primaria: “Yo venía llegando de Atlacomulco, ahí nací y ahí había cursado hasta el quinto año de primaria. Y llegué precisamente aquí, a Toluca, cuando mi familia decidió, entonces, trasladarse para esta ciudad a cursar el sexto año de primaria”.
La revelación presidencial, la formuló en la escuela Eudoxia Calderón, acompañado de su maestra Mary, de sexto de primaria, en el Estado de México, donde Peña Nieto dio inicio formal al ciclo escolar 2016-2017.
En todo el país, el pasado lunes 22, regresaron a clases 25.7 millones de niñas y niños que estudian prescolar, primaria y secundaria.
Son más de un millón de maestras en más de 225 mil escuelas. Una cifra más para valorar y dimensionar lo que es el sistema educativo nacional y la complejidad, por supuesto, del conflicto magisterial que en algunos estados de la República ha impedido que muchos niños tengan un recuerdo amable de su primer día de clases.
Los objetivos de la Reforma Educativa
En su estado natal, Peña Nieto aprovechó para reiterar los objetivos específicos y centrales de la Reforma Educativa:
“Primero. Que tengamos maestras y maestros mejor preparados, mejor capacitados, que pasen por un proceso de mayor formación, para que puedan inculcar y para que puedan inculcar a la niñez en todas las herramientas necesarias que el Siglo XXI les va a exigir, lo que la competencia para entonces les va a demandar.
“Si queremos que estas niñas y estos niños el día de mañana realmente puedan encontrar un espacio de mayor realización, puedan tener un mejor empleo, puedan tener una mejor remuneración, un mejor ingreso por el trabajo que obtengan, será, sin duda, necesario que estén mejor preparados”.
El segundo gran objetivo: “Tener mejores escuelas, escuelas de mayor calidad, escuelas que realmente cuenten con la debida infraestructura para poder, repito, ser consistentes en asegurar una educación de calidad.
“Y un tercer objetivo. Revisar los contenidos educativos, los contenidos pedagógicos”.
El Presidente reconoció que tarea y obligación del Estado es impartir una educación obligatoria, laica, gratuita, por lo cual descartó las versiones que se han propagado en el sentido que la Reforma atenta contra estos principios rectores de la educación pública.
Reconoció que en esta Reforma Educativa no ha estado ausente el que haya resistencias en algunas partes de México:
“Todas y todos, la sociedad en su conjunto lo sabe, porque ha habido resistencias y oposición, precisamente, a este cambio estructural que promueve la Reforma Educativa.
“Yo quiero hacer un llamado respetuoso a todas las maestras y maestros, aquellos, incluso, particularmente que están en oposición a esta reforma, a que asistan a sus aulas, a que impartan educación y a que no hagan rehenes, como está ocurriendo en algunas partes del país, en algunas muy pocas, no hagan rehenes a las niñas y niños de sus causas y de sus demandas. No lo merecen y no les asiste la razón.
“Es obligación de quienes son maestras y maestros, de quienes han optado por asumir esta responsabilidad social y esta vocación de servicio, como maestras y maestros, el ocuparse de impartir educación.
“Déjenme reiterar: el Gobierno de la República ha abierto espacios de diálogo para atender distintas demandas, para escuchar distintos planteamientos, que tanto el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, como la CNTE, eventualmente han tenido que hacer a la Reforma Educativa.
“Pero aquí no hay más que dos actitudes que asumir: el compromiso con la educación, como bien lo han hecho la gran mayoría de las maestras y maestros de México, quienes se la siguen jugando con la niñez mexicana, quienes están dispuestos a dar lo mejor de sí y a trabajar en favor de la educación de nuestro país.
“Pero estos espacios de diálogo no pueden estar, repito, supeditados o sujetos, o manipulados, a partir de privar a las niñas y niños de la educación a la que tienen derecho y que consagra y garantiza nuestra Constitución.
“El Gobierno de la República siempre mostrará disposición para hablar y atender distintas demandas. Lo único que no está sujeto o sujeta a negociación alguna es lo que la Reforma Educativa prevé".
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Esas palabras sencillas y contundentes fueron las que expresó Alex, de nueve años, cuando pregunté cómo había pasado su primer día de clases en cuarto grado de primaria.
La niña vive en una ciudad media de la entidad; asiste a una escuela privada que si bien no tiene lujos, sus maestros y padres de familia se esfuerzan por cumplir con el calendario escolar y brindar los elementos básicos para la educación de los menores.
Así de simple, o al menos en esos términos de satisfacción, debería de ser la respuesta de los niños y jóvenes que esta semana retornaron a sus actividades del ciclo escolar 2016-2017, de educación básica, en todo el país.
Sin embargo, los sabemos, esto no es así. No es así, porque miles de esos niños y jóvenes ni siquiera han tenido su primer día de clases.
Hay estados, como Chiapas y Oaxaca, donde aún prevalece el conflicto posterior a la Reforma Educativa, lo que ha motivado que integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación mantengan su protesta con el cierre de escuelas, calles, comercios, carreteras, etc.
Con esas acciones no sólo se frustra el derecho básico de los infantes a la educación, como lo establece la Constitución General de la República: en ciertas regiones del país se llega ya a la parálisis social, económica y política.
También ahí están los acervos hemerográficos y digitales que contienen lo dicho y hecho por el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Meyer, y el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al inicio del ciclo escolar 2016-2017: “Primero educación, después diálogo”, esto en alusión a los maestros en paro. ¿Qué sigue?
Con todo y libros
Después de escuchar la respuesta de Alex en su primer día de clases, pregunté a su mamá si ya les habían entregado los libros de texto gratuito que distribuye la SEP. La respuesta fue positiva.
“Sí, ya los forramos con papel plástico, además colocamos el nombre, grado y grupo. Los libros se quedan en los anaqueles del salón de clases”.
Y sí, efectivamente, desde el pasado mes de julio, la SEP informó la conclusión de la distribución federal de los libros de texto gratuitos para el ciclo 2016-2017.
Desde los almacenes de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos fueron enviados millones de ejemplares a los 231 almacenes de los estados y los 360 puntos de acopio en el Distrito Federal.
En total de 179,770, 899 ejemplares de libros de texto y otros materiales escolares. La distribución comenzó el lunes 4 de abril y a lo largo de 16 semanas se despacharon desde los almacenes de Tlalnepantla y Querétaro, en 3,014 vehículos de carga.
La matrícula atendida es de 26, 754, 932 beneficiarios, alumnos en su mayoría. El catálogo distribuido abarca los niveles de preescolar, primaria y secundaria; las modalidades de escuelas indígenas, secundaria general, técnica y telesecundaria, y el Programa Nacional de Inglés (Proni). Además, se produjeron ejemplares en Braille, para invidentes, y en macrotipo para alumnos con baja visión, de los libros de texto para primaria, secundaria general y Proni. En total, el catálogo para el ciclo 2016-17, que se puede descargar para su consulta en la página www.conaliteg.gob.mx, reúne 1,361 títulos.
La inversión necesaria para producir estos libros fue de 2,595 millones de pesos, según datos proporcionados por la propia Conaliteg.
En la fabricación de los libros de preescolar, primaria y telesecundaria se emplearon aproximadamente 50 mil toneladas de papel para los interiores, en su mayor parte papel reciclado postconsumo, y 36 millones de hojas de cartulina para las portadas.
Recuerdo presidencial
Por cierto, el Presidente Enrique Peña Nieto recordó su primer día de clases en sexto de primaria: “Yo venía llegando de Atlacomulco, ahí nací y ahí había cursado hasta el quinto año de primaria. Y llegué precisamente aquí, a Toluca, cuando mi familia decidió, entonces, trasladarse para esta ciudad a cursar el sexto año de primaria”.
La revelación presidencial, la formuló en la escuela Eudoxia Calderón, acompañado de su maestra Mary, de sexto de primaria, en el Estado de México, donde Peña Nieto dio inicio formal al ciclo escolar 2016-2017.
En todo el país, el pasado lunes 22, regresaron a clases 25.7 millones de niñas y niños que estudian prescolar, primaria y secundaria.
Son más de un millón de maestras en más de 225 mil escuelas. Una cifra más para valorar y dimensionar lo que es el sistema educativo nacional y la complejidad, por supuesto, del conflicto magisterial que en algunos estados de la República ha impedido que muchos niños tengan un recuerdo amable de su primer día de clases.
Los objetivos de la Reforma Educativa
En su estado natal, Peña Nieto aprovechó para reiterar los objetivos específicos y centrales de la Reforma Educativa:
“Primero. Que tengamos maestras y maestros mejor preparados, mejor capacitados, que pasen por un proceso de mayor formación, para que puedan inculcar y para que puedan inculcar a la niñez en todas las herramientas necesarias que el Siglo XXI les va a exigir, lo que la competencia para entonces les va a demandar.
“Si queremos que estas niñas y estos niños el día de mañana realmente puedan encontrar un espacio de mayor realización, puedan tener un mejor empleo, puedan tener una mejor remuneración, un mejor ingreso por el trabajo que obtengan, será, sin duda, necesario que estén mejor preparados”.
El segundo gran objetivo: “Tener mejores escuelas, escuelas de mayor calidad, escuelas que realmente cuenten con la debida infraestructura para poder, repito, ser consistentes en asegurar una educación de calidad.
“Y un tercer objetivo. Revisar los contenidos educativos, los contenidos pedagógicos”.
El Presidente reconoció que tarea y obligación del Estado es impartir una educación obligatoria, laica, gratuita, por lo cual descartó las versiones que se han propagado en el sentido que la Reforma atenta contra estos principios rectores de la educación pública.
Reconoció que en esta Reforma Educativa no ha estado ausente el que haya resistencias en algunas partes de México:
“Todas y todos, la sociedad en su conjunto lo sabe, porque ha habido resistencias y oposición, precisamente, a este cambio estructural que promueve la Reforma Educativa.
“Yo quiero hacer un llamado respetuoso a todas las maestras y maestros, aquellos, incluso, particularmente que están en oposición a esta reforma, a que asistan a sus aulas, a que impartan educación y a que no hagan rehenes, como está ocurriendo en algunas partes del país, en algunas muy pocas, no hagan rehenes a las niñas y niños de sus causas y de sus demandas. No lo merecen y no les asiste la razón.
“Es obligación de quienes son maestras y maestros, de quienes han optado por asumir esta responsabilidad social y esta vocación de servicio, como maestras y maestros, el ocuparse de impartir educación.
“Déjenme reiterar: el Gobierno de la República ha abierto espacios de diálogo para atender distintas demandas, para escuchar distintos planteamientos, que tanto el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, como la CNTE, eventualmente han tenido que hacer a la Reforma Educativa.
“Pero aquí no hay más que dos actitudes que asumir: el compromiso con la educación, como bien lo han hecho la gran mayoría de las maestras y maestros de México, quienes se la siguen jugando con la niñez mexicana, quienes están dispuestos a dar lo mejor de sí y a trabajar en favor de la educación de nuestro país.
“Pero estos espacios de diálogo no pueden estar, repito, supeditados o sujetos, o manipulados, a partir de privar a las niñas y niños de la educación a la que tienen derecho y que consagra y garantiza nuestra Constitución.
“El Gobierno de la República siempre mostrará disposición para hablar y atender distintas demandas. Lo único que no está sujeto o sujeta a negociación alguna es lo que la Reforma Educativa prevé".
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