LA AMISTAD Y EL AMOR
Suele considerarse a la amistad como un evento bilateral, de correspondencia mutua. De esos afectos que uno entrega con emoción y recibe con alegría. La amistad debe ser correspondida, si no hay correspondencia no hay amistad. Aquí estriba la gran diferencia que hay entre la amistad y el amor. La amistad se entrega y se recibe al unísono. El amor ideal es mutuo, pero existe también de manera unilateral. Puede uno querer sin que lo quieran, puede uno amar sin ser amado. La amistad es un sentimiento que aflora en la infancia y se prolonga, en algunos casos, hasta la vejez o quizás hasta la muerte, sin sufrir ninguna alteración que la reduzca o la disipe, podrá modificarse tan solo para enriquecerse o para adquirir fortaleza. El tiempo y la distancia que sepultan grandes amores y afectos, a la amistad ni la gastan ni la desgastan. La amistad y el amor son sentimientos que emanan del alma, pero mientras uno da bienestar y sentido a la vida, el otro hace vivir en un mundo de fantasía, una fantasía con muchos significados e interpretaciones.
El amor es esplendoroso, mágico, inolvidable, es algo sencillo y en ocasiones inexplicable. El amor se deja llevar por la tristeza, por la alegría, por la incertidumbre. Se gasta con los celos; se hace fuerte con la confianza; se nutre con atenciones, con caricias, con pequeños detalles. En cuanto a la amistad, el poeta y libertador cubano José Martí la traduce de esta manera: “cultivo una rosa blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero; que me da su mano franca…”. En cuanto al amor, el bardo tlacotalpeño Agustín Lara, el famoso “flaco de oro” lo pregonaba así en la introducción de una canción titulada revancha: “yo conocí el amor, es muy hermoso, pero en mi fue fugaz y traicionero, volvió canalla, lo que fue glorioso. Pero fue un gran amor y fue el primero…”.
Qué este día 14 de febrero, sea realmente un día en que le rindamos pleitesía al amor y a la amistad. Que no se convierta en una acción superflua, material, donde nuestra sociedad de consumo luzca sus mejores atuendos, ¡No!, que sea algo espiritual, que al dar nuestros obsequios realmente palpemos el sensitivo calor del abrazo y la sinceridad y pureza del beso. Aunque lo idóneo por supuesto, es que este día no sea único ante los 364 restantes. Que no sea la excepción el 14 de febrero en un año, sino que sea la constante. Que haya muchos días 14, pero 14´s de febrero. Que todos los días, todos nosotros luchemos porque haya concordia, prudencia, tolerancia. Porque en la luz de cada amanecer, renovemos nuestras energías para entendernos mejor, para minimizar nuestros defectos y exaltar nuestras virtudes. Porque en los tiempos de escases sepamos darnos consuelo; y apoyo hasta que duela, en los tiempos de abundancia. Aprovecho la oportunidad que me brinda este día, para hacerles llegar un cariñoso saludo y mi invariable amistad, a Teodoro Cano García, Marcelo Ramírez Ramírez, Melitón Morales Domínguez, Gilberto Nieto Aguilar, al distinguido médico Enrique López Rosas, a quien he tenido el privilegio de conocer su extraordinaria Labor de manera cercana; a Beatriz Eugenia, compañera de mi vida, fuente de inspiración y aguaje de mi alma. En este hermoso día recuerdo a todos mis amigos, los de ayer, los de hoy, los de siempre y a todas aquellas personas a quienes poco a poco y a pedacitos, les he entregado mi corazón o lo poco que de él me queda.
rafaelmartinezzaleta@hotmail.com
El amor es esplendoroso, mágico, inolvidable, es algo sencillo y en ocasiones inexplicable. El amor se deja llevar por la tristeza, por la alegría, por la incertidumbre. Se gasta con los celos; se hace fuerte con la confianza; se nutre con atenciones, con caricias, con pequeños detalles. En cuanto a la amistad, el poeta y libertador cubano José Martí la traduce de esta manera: “cultivo una rosa blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero; que me da su mano franca…”. En cuanto al amor, el bardo tlacotalpeño Agustín Lara, el famoso “flaco de oro” lo pregonaba así en la introducción de una canción titulada revancha: “yo conocí el amor, es muy hermoso, pero en mi fue fugaz y traicionero, volvió canalla, lo que fue glorioso. Pero fue un gran amor y fue el primero…”.
Qué este día 14 de febrero, sea realmente un día en que le rindamos pleitesía al amor y a la amistad. Que no se convierta en una acción superflua, material, donde nuestra sociedad de consumo luzca sus mejores atuendos, ¡No!, que sea algo espiritual, que al dar nuestros obsequios realmente palpemos el sensitivo calor del abrazo y la sinceridad y pureza del beso. Aunque lo idóneo por supuesto, es que este día no sea único ante los 364 restantes. Que no sea la excepción el 14 de febrero en un año, sino que sea la constante. Que haya muchos días 14, pero 14´s de febrero. Que todos los días, todos nosotros luchemos porque haya concordia, prudencia, tolerancia. Porque en la luz de cada amanecer, renovemos nuestras energías para entendernos mejor, para minimizar nuestros defectos y exaltar nuestras virtudes. Porque en los tiempos de escases sepamos darnos consuelo; y apoyo hasta que duela, en los tiempos de abundancia. Aprovecho la oportunidad que me brinda este día, para hacerles llegar un cariñoso saludo y mi invariable amistad, a Teodoro Cano García, Marcelo Ramírez Ramírez, Melitón Morales Domínguez, Gilberto Nieto Aguilar, al distinguido médico Enrique López Rosas, a quien he tenido el privilegio de conocer su extraordinaria Labor de manera cercana; a Beatriz Eugenia, compañera de mi vida, fuente de inspiración y aguaje de mi alma. En este hermoso día recuerdo a todos mis amigos, los de ayer, los de hoy, los de siempre y a todas aquellas personas a quienes poco a poco y a pedacitos, les he entregado mi corazón o lo poco que de él me queda.
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