Llegó el momento de corresponder a la confianza
Después de un debate intenso que por momentos parecía que acabaría en un rotundo fracaso, finalmente la semana pasada el Congreso del Estado aprobó la reestructuración de la deuda pública de Veracruz, con lo cual se le dará un respiro a las finanzas del gobierno, que estaban a punto de colapsar.
Es una buena noticia que se haya privilegiado el diálogo por encima de los intereses políticos que suelen prevalecer por sobre todas las cosas cuando hay un proceso electoral en puerta. Que las fuerzas políticas representadas en el Poder Legislativo logren acuerdos tan relevantes como éste nos brinda alguna pequeña esperanza de que al fin estamos en el camino hacia la madurez democrática, que tanta falta nos ha hecho para superar nuestras diferencias como sociedad.
Porque no es bloqueando sistemáticamente a un gobierno, aun cuando no se esté de acuerdo con su manera de hacer las cosas, como vamos a salir de la crisis que golpea a nuestro Estado y a prácticamente todos los municipios. En los momentos difíciles es cuando más necesario resulta que la sociedad una esfuerzos y, al menos por un momento, haga a un lado sus desacuerdos.
Ahora bien, esto no significa extenderle un cheque en blanco al gobierno estatal, sino todo lo contrario. Ya que se le han brindado las herramientas jurídicas y financieras que solicitó para hacer frente a los problemas de Veracruz, no habrá excusa que valga para no dar resultados.
Es verdad que no todo se resuelve con dinero y que la magnitud de los conflictos que aquejan al Estado es enorme. Pero las actuales autoridades sabían a lo que se enfrentaban cuando salieron a pedir el voto de los ciudadanos. Tenían claro que Veracruz había sido saqueado y que se había vuelto ingobernable en varias zonas de su territorio.
Precisamente por eso fue que la sociedad veracruzana decidió cambiar de rumbo político, porque se le ofreció un viraje total en la forma de conducir al Estado, así como soluciones. Y ésa es la clave. Los problemas todos los tenemos perfectamente claros. Lo importante es cómo van a ser solucionados, en qué plazo y a qué costo.
Como lo he manifestado en otras oportunidades, creo firmemente en que la conjunción de esfuerzos entre el gobierno y la sociedad, desde sus diversas representaciones, es la ruta para lograr el desarrollo al que anhelamos. Confrontados difícilmente llegaremos a alguna parte.
Por ello reitero que es de celebrarse que se hayan alcanzado acuerdos entre el Ejecutivo y el Legislativo, en un ejercicio deliberativo que demostró que, a pesar de las diferencias políticas, se pueden encontrar coincidencias que beneficien a nuestro Estado y a nuestra gente, con todo y que nadie cuente con mayorías absolutas.
Y de la misma manera, quiero reforzar la idea de que de ahora en adelante viene la tarea de cumplirle a Veracruz. De llevar al terreno de los hechos lo que fueron promesas de campaña. La ciudadanía está esperando y exigiendo en consecuencia.
Hace casi un año el pueblo de Veracruz expresó su voluntad por un cambio. Llegó el momento de corresponder a la confianza otorgada y de cumplir con creces con todo lo prometido.
*Presidente de la Asociación Civil Nuestro Municipio
correo@nicanormoreira.mx
Facebook: Nuestro Municipio
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Es una buena noticia que se haya privilegiado el diálogo por encima de los intereses políticos que suelen prevalecer por sobre todas las cosas cuando hay un proceso electoral en puerta. Que las fuerzas políticas representadas en el Poder Legislativo logren acuerdos tan relevantes como éste nos brinda alguna pequeña esperanza de que al fin estamos en el camino hacia la madurez democrática, que tanta falta nos ha hecho para superar nuestras diferencias como sociedad.
Porque no es bloqueando sistemáticamente a un gobierno, aun cuando no se esté de acuerdo con su manera de hacer las cosas, como vamos a salir de la crisis que golpea a nuestro Estado y a prácticamente todos los municipios. En los momentos difíciles es cuando más necesario resulta que la sociedad una esfuerzos y, al menos por un momento, haga a un lado sus desacuerdos.
Ahora bien, esto no significa extenderle un cheque en blanco al gobierno estatal, sino todo lo contrario. Ya que se le han brindado las herramientas jurídicas y financieras que solicitó para hacer frente a los problemas de Veracruz, no habrá excusa que valga para no dar resultados.
Es verdad que no todo se resuelve con dinero y que la magnitud de los conflictos que aquejan al Estado es enorme. Pero las actuales autoridades sabían a lo que se enfrentaban cuando salieron a pedir el voto de los ciudadanos. Tenían claro que Veracruz había sido saqueado y que se había vuelto ingobernable en varias zonas de su territorio.
Precisamente por eso fue que la sociedad veracruzana decidió cambiar de rumbo político, porque se le ofreció un viraje total en la forma de conducir al Estado, así como soluciones. Y ésa es la clave. Los problemas todos los tenemos perfectamente claros. Lo importante es cómo van a ser solucionados, en qué plazo y a qué costo.
Como lo he manifestado en otras oportunidades, creo firmemente en que la conjunción de esfuerzos entre el gobierno y la sociedad, desde sus diversas representaciones, es la ruta para lograr el desarrollo al que anhelamos. Confrontados difícilmente llegaremos a alguna parte.
Por ello reitero que es de celebrarse que se hayan alcanzado acuerdos entre el Ejecutivo y el Legislativo, en un ejercicio deliberativo que demostró que, a pesar de las diferencias políticas, se pueden encontrar coincidencias que beneficien a nuestro Estado y a nuestra gente, con todo y que nadie cuente con mayorías absolutas.
Y de la misma manera, quiero reforzar la idea de que de ahora en adelante viene la tarea de cumplirle a Veracruz. De llevar al terreno de los hechos lo que fueron promesas de campaña. La ciudadanía está esperando y exigiendo en consecuencia.
Hace casi un año el pueblo de Veracruz expresó su voluntad por un cambio. Llegó el momento de corresponder a la confianza otorgada y de cumplir con creces con todo lo prometido.
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