Corresponsabilidad con la educación
Es por todo mundo conocido el rezago histórico que enfrenta el sistema educativo en nuestro país, que a su vez es la causa del muy lento desarrollo de México en diferentes ámbitos.
Para combatir ese rezago, el gobierno federal emprendió la conocida Reforma Educativa que, entre otros tópicos, propuso que los maestros se sometieran a una evaluación para reconocer sus aptitudes y preparación para estar frente a un grupo de educandos.
La evaluación docente ha sido probablemente el tema más controversial de la Reforma Educativa, por la resistencia de algunos sectores —que de ninguna manera representan a la mayoría del magisterio nacional— a renunciar a privilegios que permitían que personas sin el perfil adecuado obtuvieran plazas de profesores, desde las cuales se dedicaban a cualquier cosa, menos a preparar correctamente a las nuevas generaciones.
En cualquier área laboral, aunque particularmente en las de la iniciativa privada, la medición de resultados y la evaluación de capacidades son una constante para lograr la mejora continua. Con mayor razón esto debería ser aplicable a las áreas en las que se sientan las bases del conocimiento que llevará a las personas a desempeñarse posteriormente en un trabajo. Si las bases son firmes, el resultado final será exitoso y perfectamente capaz de ser provechoso para el país.
La evaluación y la reforma en sí no son cuestiones perfectas, hay que admitirlo. Son definitivamente susceptibles de ser mejoradas. Pero quiero rescatar la importancia de elevar el nivel educativo de nuestra juventud, lo cual será posible únicamente si sus maestros también aumentan el suyo, tanto en materia de conocimientos como de su capacidad para impartirlos.
Y en ese sentido, considero que todos los niveles de gobierno, no sólo el federal, comparten la responsabilidad por elevar el nivel educativo de los estudiantes, apoyando a su vez la preparación continua y de calidad de los profesores en cuyas manos está su instrucción.
Desde el primer nivel de atención de gobierno, que es el municipal, debe brindarse apoyo a la preparación magisterial, que debe ser vista como una oportunidad para crecer y no como un castigo. Y para ello, considero factible y perfectamente viable la creación de un centro de apoyo a la evaluación de los maestros, tutelado por el ayuntamiento, en el que se les brinde la asesoría necesaria para la actualización de sus conocimientos, acorde con los lineamientos de la Reforma Educativa.
Xalapa es un escenario natural y propicio para impulsar un centro de estas características, ya que cuenta con una gran cantidad de profesores de excelencia que podrían prestar este servicio a quienes así lo requieran.
Además, dicho centro de apoyo a la evaluación podría funcionar a la vez como un área de oportunidad laboral para los egresados de la Escuela Normal Veracruzana, que se enfrentan a un mercado saturado. Sus conocimientos, frescos todavía de su reciente paso por las aulas, serían de enorme utilidad para este propósito.
No se trata de un asunto menor. Mejorar el nivel de la educación es vital para nuestro país, en momentos en los que los retos del momento en todo el mundo exigen ser más competitivos, ante un cambio drástico en los paradigmas que nos regían y que han sido rebasados.
La educación es una corresponsabilidad de todos. Hay que asumirla con fuerza.
*Presidente de la Asociación Civil Nuestro Municipio
correo@nicanormoreira.mx
Facebook: Nuestro Municipio
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Para combatir ese rezago, el gobierno federal emprendió la conocida Reforma Educativa que, entre otros tópicos, propuso que los maestros se sometieran a una evaluación para reconocer sus aptitudes y preparación para estar frente a un grupo de educandos.
La evaluación docente ha sido probablemente el tema más controversial de la Reforma Educativa, por la resistencia de algunos sectores —que de ninguna manera representan a la mayoría del magisterio nacional— a renunciar a privilegios que permitían que personas sin el perfil adecuado obtuvieran plazas de profesores, desde las cuales se dedicaban a cualquier cosa, menos a preparar correctamente a las nuevas generaciones.
En cualquier área laboral, aunque particularmente en las de la iniciativa privada, la medición de resultados y la evaluación de capacidades son una constante para lograr la mejora continua. Con mayor razón esto debería ser aplicable a las áreas en las que se sientan las bases del conocimiento que llevará a las personas a desempeñarse posteriormente en un trabajo. Si las bases son firmes, el resultado final será exitoso y perfectamente capaz de ser provechoso para el país.
La evaluación y la reforma en sí no son cuestiones perfectas, hay que admitirlo. Son definitivamente susceptibles de ser mejoradas. Pero quiero rescatar la importancia de elevar el nivel educativo de nuestra juventud, lo cual será posible únicamente si sus maestros también aumentan el suyo, tanto en materia de conocimientos como de su capacidad para impartirlos.
Y en ese sentido, considero que todos los niveles de gobierno, no sólo el federal, comparten la responsabilidad por elevar el nivel educativo de los estudiantes, apoyando a su vez la preparación continua y de calidad de los profesores en cuyas manos está su instrucción.
Desde el primer nivel de atención de gobierno, que es el municipal, debe brindarse apoyo a la preparación magisterial, que debe ser vista como una oportunidad para crecer y no como un castigo. Y para ello, considero factible y perfectamente viable la creación de un centro de apoyo a la evaluación de los maestros, tutelado por el ayuntamiento, en el que se les brinde la asesoría necesaria para la actualización de sus conocimientos, acorde con los lineamientos de la Reforma Educativa.
Xalapa es un escenario natural y propicio para impulsar un centro de estas características, ya que cuenta con una gran cantidad de profesores de excelencia que podrían prestar este servicio a quienes así lo requieran.
Además, dicho centro de apoyo a la evaluación podría funcionar a la vez como un área de oportunidad laboral para los egresados de la Escuela Normal Veracruzana, que se enfrentan a un mercado saturado. Sus conocimientos, frescos todavía de su reciente paso por las aulas, serían de enorme utilidad para este propósito.
No se trata de un asunto menor. Mejorar el nivel de la educación es vital para nuestro país, en momentos en los que los retos del momento en todo el mundo exigen ser más competitivos, ante un cambio drástico en los paradigmas que nos regían y que han sido rebasados.
La educación es una corresponsabilidad de todos. Hay que asumirla con fuerza.
*Presidente de la Asociación Civil Nuestro Municipio
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