CONGRESO MEDIOCRE, DENOSTA A MAGISTRADOS.
Un congreso local mediocre que no ha demostrado capacidad para ser contrapeso ante la embestida del ejecutivo, cuestiona acremente a quienes son magistrados integrantes del poder judicial del Estado, pues en todo caso, deberían llamar a quienes ocupan esos cargos para, en una evaluación real, objetiva, clara y precisa, determinar si son aptos para seguir en sus cargos y no la denostación, de total discriminación con que se conduce el panista Sergio Hernández que, por principio, habría que analizado, si tiene capacidad para ubicarse en esa responsabilidad.
Nada positivo se ha visto del congreso que está por concluir , salvo que no tienen capacidad para, ni quiera, cumplir con la ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia de la nación que declaró la inconstitucional el artículo 59 de la constitución local que, en un arrebato de locura de Miguel Alemán,- el pequeño- borró el artículo que daba a los magistrados permanencia hasta los setenta y cinco años, dejando abierto el espacio para que solo pudieran abandonar el cargo con los pies por delante, estableciendo, de manera improrrogable un término de diez años para los de nuevo ingreso, olvidándose del artículo 116 de la constitución federal que establece que tendría que hacerse una evaluación.
La manera tan cruel de legislar de este congreso de auténticos ignorantes, lleva ahora a que se observe la ejecutoria que obliga a la evaluación y no agregar cinco años más a los que fueron electos por diez años, incongruencia que lleva al ridículo y dará margen a que en este maremágnum legislativo, quede peor el remedio que la enfermedad alemanista, pues tal parece que es un plan para no reformar al poder judicial, si no, más que nada, para tener espacios de acomodo que satisfaga intereses mezquinos y no de justicia.
En criterio legislativo del congreso local, quien tenga setenta años ya no da “ el cien”, es decir, la experiencia se va suplir con la juventud, y ya se vio en los nuevos propuestos para magistrados para eso que se llama anticorrupción, que se designaron a jóvenes que, si los viejos no dan el cien, los de treinta años, no dan ni el quince de capacidad, cuando no sea la sumisión y vasallaje que se exige para el propósito que lograron.
Se puede afirmar, sin hipérbole de ninguna especie, que en el menor examen de oposición para ubicarse en esos cargos, los propuestos no llegarían ni siquiera a ocupar una actuaría, ya no digamos que tengan capacidad para dictar una sentencia que para ello se quiere muchos años de práctica, que es la experiencia de los viejos magistrados que en este gobierno se les discrimina.
La reforma inconstitucional para retirar a los togados que tienen setenta años y más, sin duda alguna que no tendrá éxito, si los jueces federales actúan con la independencia de suyo indiscutible, pues no se resiste el menor obstáculo para sigan en sus cargos, si es que resisten la embestida, pues de entrada, los que cumplirán diez años tendrán necesariamente derecho a una evaluación y eso acontecerá, no con el actual gobierno, sino con el que WEs abra de tomar posesión en diciembre próximo, habida cuenta que el artículo 59 riñe con la constitución y la forma de cumplir la ejecutoria no es la correcta.
Es cierto que la Suprema Corte tiene el criterio , al analizar el artículo 58 de la constitución local de Baja california que prevé la edad máxima de 70 años y que ello no afecta el principio de inmovilidad judicial al considerar que tal medida constituye un beneficio, sin embargo, Veracruz tiene el precedente de la constitución local anterior a la alemanista que era de setenta y cinco años su retiro y con el reburujo de las reformas, tal confusión tendrá que determinarse en una nueva reflexión, lo que se verá en un futuro no lejano. limacobos@hotmail.com
Twitter @limacobos1
Nada positivo se ha visto del congreso que está por concluir , salvo que no tienen capacidad para, ni quiera, cumplir con la ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia de la nación que declaró la inconstitucional el artículo 59 de la constitución local que, en un arrebato de locura de Miguel Alemán,- el pequeño- borró el artículo que daba a los magistrados permanencia hasta los setenta y cinco años, dejando abierto el espacio para que solo pudieran abandonar el cargo con los pies por delante, estableciendo, de manera improrrogable un término de diez años para los de nuevo ingreso, olvidándose del artículo 116 de la constitución federal que establece que tendría que hacerse una evaluación.
La manera tan cruel de legislar de este congreso de auténticos ignorantes, lleva ahora a que se observe la ejecutoria que obliga a la evaluación y no agregar cinco años más a los que fueron electos por diez años, incongruencia que lleva al ridículo y dará margen a que en este maremágnum legislativo, quede peor el remedio que la enfermedad alemanista, pues tal parece que es un plan para no reformar al poder judicial, si no, más que nada, para tener espacios de acomodo que satisfaga intereses mezquinos y no de justicia.
En criterio legislativo del congreso local, quien tenga setenta años ya no da “ el cien”, es decir, la experiencia se va suplir con la juventud, y ya se vio en los nuevos propuestos para magistrados para eso que se llama anticorrupción, que se designaron a jóvenes que, si los viejos no dan el cien, los de treinta años, no dan ni el quince de capacidad, cuando no sea la sumisión y vasallaje que se exige para el propósito que lograron.
Se puede afirmar, sin hipérbole de ninguna especie, que en el menor examen de oposición para ubicarse en esos cargos, los propuestos no llegarían ni siquiera a ocupar una actuaría, ya no digamos que tengan capacidad para dictar una sentencia que para ello se quiere muchos años de práctica, que es la experiencia de los viejos magistrados que en este gobierno se les discrimina.
La reforma inconstitucional para retirar a los togados que tienen setenta años y más, sin duda alguna que no tendrá éxito, si los jueces federales actúan con la independencia de suyo indiscutible, pues no se resiste el menor obstáculo para sigan en sus cargos, si es que resisten la embestida, pues de entrada, los que cumplirán diez años tendrán necesariamente derecho a una evaluación y eso acontecerá, no con el actual gobierno, sino con el que WEs abra de tomar posesión en diciembre próximo, habida cuenta que el artículo 59 riñe con la constitución y la forma de cumplir la ejecutoria no es la correcta.
Es cierto que la Suprema Corte tiene el criterio , al analizar el artículo 58 de la constitución local de Baja california que prevé la edad máxima de 70 años y que ello no afecta el principio de inmovilidad judicial al considerar que tal medida constituye un beneficio, sin embargo, Veracruz tiene el precedente de la constitución local anterior a la alemanista que era de setenta y cinco años su retiro y con el reburujo de las reformas, tal confusión tendrá que determinarse en una nueva reflexión, lo que se verá en un futuro no lejano. limacobos@hotmail.com
Twitter @limacobos1
