¿Qué es un museo?
“Los museos no me gustan demasiado. Los hay admirables pero ninguno delicioso. La idea de clasificación, conservación y utilidad pública, ideas justas y claras, tiene poca relación con las delicias”, así se expresaba Paul Valéry, poeta y ensayista francés, sobre estas estructuras que para muchos representan el lujo de los imperios.
Probablemente el concepto de Valéry se ajustaría un poco si conociera la evolución de estos recintos luego de la posguerra, quizá más apegados a la raíz etimológica de la expresión “museo”, es decir, “lugar sagrado de las musas”.
Nacido de la rapiña de conquistadores de civilizaciones, el concepto de acumulación y exhibición de colecciones privadas, ha sufrido una mutación dramática en muchos ejemplos de espacios públicos que hacen honor a su nombre.
Para muestra un botón; recientemente la muestra procedente de Basilea, «Fuego blanco. La colección moderna del Kunstmuseum Basel» y «Coleccionismo y Modernidad. Dos casos de estudio: Colecciones Im Obersteg y Rudolf Staechelin», ha multiplicado el número de visitas al museo español “Reina Sofía”.
La colección en cuestión por sí sola ha llevado a la sala a 457.924 visitantes desde su apertura el pasado 18 de marzo.
El número habrá de incrementarse sin duda, porque estará dicha exposición abierta hasta el 14 de septiembre. Se trata de una selección de arte moderno y contemporáneo procedente del museo suizo, que incluye obras nunca antes vistas en España de artistas como Kandinsky, Picasso, Cézanne, Van Gogh, Chagall, Gauguin, Richter, Johns o Rothko.
El éxito de esta muestra ha propiciado que el número de visitantes totales del Reina Sofía continúe con su línea ascendente de los últimos años, y alcance la cifra de 2.016.081 visitantes desde el 1 de enero hasta el 12 agosto. Una cifra sensiblemente superior al mismo periodo de 2014, cuando se contabilizaron 1.722.391, lo que supone un aumento cercano al 15% con respecto al año anterior.
Aunado a esto, se ha fortalecido el concepto del “museo viaja fuera”, que ha generado en este caso que medio millón de visitantes acudieran a las exposiciones itinerantes organizadas por el Museo Reina Sofía dentro y fuera de España.
La colección del museo ha estado presente en diferentes países con las exposiciones «Picasso y la modernidad española», en Sao Paulo y Río de Janeiro (Brasil), o «Miró último (1963-1981): La experiencia de mirar», en Denver (EE.UU). Asimismo, Badajoz y Santiago de Compostela han acogido en España la exposición «Val del Omar. La mecamística del cine».
Dentro de las exposiciones temporales, la muestra «El retorno de la serpiente. Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional», primera gran retrospectiva que se celebró en España sobre la obra del reconocido artista mexicano de origen alemán Mathias Goeritz, se puede ver actualmente en la Ciudad de México.
Pero lo que haría a Valéry dudar de la evolución de los museos en el mundo, es lo que suele suceder en la mayoría de estos espacios en la provincia mexicana. ¿Qué pasa por ejemplo en Xalapa? con recintos tan emblemáticos como el Museo de Antropología de Xalapa, o más recientes como el Museo Interactivo (MIX).
Ambos espacios quedaron suspendidos en el tiempo, bajo el yugo tradicional del concepto museo de los años 40. Ya sea por falta de recursos (en el caso del MIX) o por falta de creatividad (en el caso del Museo de Antropología).
El resultado es que ambos espacios hoy día son carentes de atractivo, fundamentalmente porque reposan en espacios más dedicados al ámbito utilitario y la falta de rotación de sus colecciones.
Sería muy interesante, conocer las cifras de visitantes de estos recintos. Las estadísticas contrastadas con otros años de asistencia. No es difícil adivinar que el resultado es inversamente proporcional al que experimentan espacios en constante movimiento como el Reina Sofía.
Comentarios a letracapital@yahoo.com.mx o en twitter @moralesflavio
Probablemente el concepto de Valéry se ajustaría un poco si conociera la evolución de estos recintos luego de la posguerra, quizá más apegados a la raíz etimológica de la expresión “museo”, es decir, “lugar sagrado de las musas”.
Nacido de la rapiña de conquistadores de civilizaciones, el concepto de acumulación y exhibición de colecciones privadas, ha sufrido una mutación dramática en muchos ejemplos de espacios públicos que hacen honor a su nombre.
Para muestra un botón; recientemente la muestra procedente de Basilea, «Fuego blanco. La colección moderna del Kunstmuseum Basel» y «Coleccionismo y Modernidad. Dos casos de estudio: Colecciones Im Obersteg y Rudolf Staechelin», ha multiplicado el número de visitas al museo español “Reina Sofía”.
La colección en cuestión por sí sola ha llevado a la sala a 457.924 visitantes desde su apertura el pasado 18 de marzo.
El número habrá de incrementarse sin duda, porque estará dicha exposición abierta hasta el 14 de septiembre. Se trata de una selección de arte moderno y contemporáneo procedente del museo suizo, que incluye obras nunca antes vistas en España de artistas como Kandinsky, Picasso, Cézanne, Van Gogh, Chagall, Gauguin, Richter, Johns o Rothko.
El éxito de esta muestra ha propiciado que el número de visitantes totales del Reina Sofía continúe con su línea ascendente de los últimos años, y alcance la cifra de 2.016.081 visitantes desde el 1 de enero hasta el 12 agosto. Una cifra sensiblemente superior al mismo periodo de 2014, cuando se contabilizaron 1.722.391, lo que supone un aumento cercano al 15% con respecto al año anterior.
Aunado a esto, se ha fortalecido el concepto del “museo viaja fuera”, que ha generado en este caso que medio millón de visitantes acudieran a las exposiciones itinerantes organizadas por el Museo Reina Sofía dentro y fuera de España.
La colección del museo ha estado presente en diferentes países con las exposiciones «Picasso y la modernidad española», en Sao Paulo y Río de Janeiro (Brasil), o «Miró último (1963-1981): La experiencia de mirar», en Denver (EE.UU). Asimismo, Badajoz y Santiago de Compostela han acogido en España la exposición «Val del Omar. La mecamística del cine».
Dentro de las exposiciones temporales, la muestra «El retorno de la serpiente. Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional», primera gran retrospectiva que se celebró en España sobre la obra del reconocido artista mexicano de origen alemán Mathias Goeritz, se puede ver actualmente en la Ciudad de México.
Pero lo que haría a Valéry dudar de la evolución de los museos en el mundo, es lo que suele suceder en la mayoría de estos espacios en la provincia mexicana. ¿Qué pasa por ejemplo en Xalapa? con recintos tan emblemáticos como el Museo de Antropología de Xalapa, o más recientes como el Museo Interactivo (MIX).
Ambos espacios quedaron suspendidos en el tiempo, bajo el yugo tradicional del concepto museo de los años 40. Ya sea por falta de recursos (en el caso del MIX) o por falta de creatividad (en el caso del Museo de Antropología).
El resultado es que ambos espacios hoy día son carentes de atractivo, fundamentalmente porque reposan en espacios más dedicados al ámbito utilitario y la falta de rotación de sus colecciones.
Sería muy interesante, conocer las cifras de visitantes de estos recintos. Las estadísticas contrastadas con otros años de asistencia. No es difícil adivinar que el resultado es inversamente proporcional al que experimentan espacios en constante movimiento como el Reina Sofía.
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