Muy frustrado debe estar Héctor Yunes Landa porque se fueron por la borda meses de preparación de su informe legislativo, el cual pasó sin pena ni gloria gracias a que le ganó los reflectores el exsecretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, quien con todo el apoyo oficial realizó el lanzamiento de su candidatura “independiente” a gobernador.
La Agenda-Setting la ganó Buganza y de entrada en el posicionamiento, tomó delantera de Héctor Yunes, a quien últimamente en público, se le mira descompuesto, malhumorado y pensativo.
Era su semana, la que significaría de trampolín formal para su lanzamiento tras la candidatura del PRI. Sin embargo su informe fue opaco, su mensaje político insulso y su operación mediática mediocre.
Para bien o para mal, Buganza estuvo en el candelero, aunque sea para criticarle sus evidentes respaldos, la incongruencia de su proceder, su empatía con los círculos de poder, pero estuvo en los medios y su destape fue de los más comentados en los últimos días.
Por el contrario Héctor Yunes comienza a sonar repetitivo; su discurso de rebeldía es más rosa que la rosa de Guadalupe; no hay imaginación, no hay dirección y se percibe a la deriva tratando de mantener el interés en su anticipadísima precampaña.
Y al parecer ha tomado consciencia de esto, pues en un acto que pareciera de desesperación se ha colgado de las valencianas del gobernador y lo acompaña a todos lados, tratando de robarle un poquito de reflectores, algo de atención de los medios y como para no quedarse marginado de la agenda estatal.
El Senador veracruzano le apuesta a la rebeldía institucional, lo que siempre acarrea sus costos y aunque busca proyectarse como un líder dentro de los Yunes, la realidad es que no logra verse como la cabeza de esta familia de políticos veracruzanos pues antes que él, se le ve en ese rol a Miguel Ángel Yunes.
Landa tampoco ha logrado ejercer paternidad política con los otros dos Senadores de la Familia (Pepe y Fernando) pues ambos, gravitan en la máxima cámara con su propio brillo y a nivel local, Pepe Yunes es percibido con mayor cercanía que Héctor.
Ya va siendo hora que Yunes Landa se anote un hit, pues la tendencia de sus aspiraciones parece que llegó a la cúspide, luego entonces lo que sigues es la caída en picada, lo que sería desastroso para sus aspiraciones.
En sus declaraciones más recientes, fue cuestionado por los medios de información por los apoyos que han denunciado públicamente, recibe de su ahijada Yolanda Gutiérrez Carlín, secretaria de Protección Civil.
Ni siquiera eso ha ganado, un escenario y una agenda temática propia a la cual dieran seguimiento los medios, más allá de los tópicos de coyuntura. Ni hablar, parece que se le acabó el gas.
Comentarios a letracapital@yahoo.com.mx o en Twitter @moralesflavio
La Agenda-Setting la ganó Buganza y de entrada en el posicionamiento, tomó delantera de Héctor Yunes, a quien últimamente en público, se le mira descompuesto, malhumorado y pensativo.
Era su semana, la que significaría de trampolín formal para su lanzamiento tras la candidatura del PRI. Sin embargo su informe fue opaco, su mensaje político insulso y su operación mediática mediocre.
Para bien o para mal, Buganza estuvo en el candelero, aunque sea para criticarle sus evidentes respaldos, la incongruencia de su proceder, su empatía con los círculos de poder, pero estuvo en los medios y su destape fue de los más comentados en los últimos días.
Por el contrario Héctor Yunes comienza a sonar repetitivo; su discurso de rebeldía es más rosa que la rosa de Guadalupe; no hay imaginación, no hay dirección y se percibe a la deriva tratando de mantener el interés en su anticipadísima precampaña.
Y al parecer ha tomado consciencia de esto, pues en un acto que pareciera de desesperación se ha colgado de las valencianas del gobernador y lo acompaña a todos lados, tratando de robarle un poquito de reflectores, algo de atención de los medios y como para no quedarse marginado de la agenda estatal.
El Senador veracruzano le apuesta a la rebeldía institucional, lo que siempre acarrea sus costos y aunque busca proyectarse como un líder dentro de los Yunes, la realidad es que no logra verse como la cabeza de esta familia de políticos veracruzanos pues antes que él, se le ve en ese rol a Miguel Ángel Yunes.
Landa tampoco ha logrado ejercer paternidad política con los otros dos Senadores de la Familia (Pepe y Fernando) pues ambos, gravitan en la máxima cámara con su propio brillo y a nivel local, Pepe Yunes es percibido con mayor cercanía que Héctor.
Ya va siendo hora que Yunes Landa se anote un hit, pues la tendencia de sus aspiraciones parece que llegó a la cúspide, luego entonces lo que sigues es la caída en picada, lo que sería desastroso para sus aspiraciones.
En sus declaraciones más recientes, fue cuestionado por los medios de información por los apoyos que han denunciado públicamente, recibe de su ahijada Yolanda Gutiérrez Carlín, secretaria de Protección Civil.
Ni siquiera eso ha ganado, un escenario y una agenda temática propia a la cual dieran seguimiento los medios, más allá de los tópicos de coyuntura. Ni hablar, parece que se le acabó el gas.
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