Los 700 millones que debe el PRD… y los que perdió
Tanto mencionó Agustín Basave, durante los siete meses de su dirigencia, la frase “acta de defunción del PRD” que al final entrega un partido casi muerto: no sólo por su caída hasta ser ya nuestra cuarta fuerza política, sino también porque está en bancarrota, sin dinero ni para hacer su Consejo Nacional.
Al conmemorar el aniversario 27 del partido, Basave dijo que “no han sido pocas las actas de defunción que nuestro partido ha sobrevivido. Los profetas del desahucio han anunciado su inminente deceso, no han faltado forenses de la política que le han practicado la autopsia en vida”.
Y la noche del 5 de junio, tras la votación para elegir gobernador en 12 estados: “El PRD, del cual se decía que estaba muerto, es la enésima acta de defunción que expiden (…), que nos hacen autopsia en vida”. Esa noche, por cierto, fue superado por Morena como primera fuerza de izquierda del país.
Pues la famosa “acta de defunción” aplica también a los dineros del partido, pues la caída electoral que registra desde que AMLO lo abandonó le hizo perder 184.4 millones de pesos en prerrogativas, que serían mayores, si se confirma la reciente pérdida del registro en Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas.
Además debe unos 700 millones de pesos, por lo que acabaron los tiempos de vacas gordas, como aquel Congreso de 2014, en el que salió electo dirigente nacional Carlos Navarrete y renovó los liderazgos estatales y municipales, que costó 100 millones de pesos.
O como el Congreso de septiembre pasado, a un costo de 15 millones de pesos para aprobar su política de alianzas electorales con el PAN en Tamaulipas, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, donde fracasó; y Durango, Zacatecas, Oaxaca y Veracruz, donde sí se dio. Luego se agregó Quintana Roo.
Costó casi el doble de los recursos destinados a sueldos y salarios de todo el personal del partido en septiembre, mes en que se realizó (ocho millones 898 mil pesos) y más de lo presupuestado a “liderazgo político de las mujeres” (tres millones 940 mil 124 pesos).
Ese congreso de 15 millones de pesos modificó el artículo 256 para eliminar la obligación de una militancia mayor a dos años para dirigir el partido, lo cual favoreció a Basave, quien se había afiliado apenas un mes antes y fue ungido en noviembre.
Así que la crisis financiera provocada por aquellos dispendios impide ahora costear habitaciones, transporte y comida para los 320 consejeros nacionales que decidirán la ruta para elegir al sucesor de Basave, además de que el PRD busca que le presten un espacio para no rentar un hotel como siempre.
Esos frentes tiene abiertos: crisis electoral, financiera, de dirigencia…
El acabose, pues.
ruben.cortes@razon.com.mx
Twitter: @ruben_cortes
Al conmemorar el aniversario 27 del partido, Basave dijo que “no han sido pocas las actas de defunción que nuestro partido ha sobrevivido. Los profetas del desahucio han anunciado su inminente deceso, no han faltado forenses de la política que le han practicado la autopsia en vida”.
Y la noche del 5 de junio, tras la votación para elegir gobernador en 12 estados: “El PRD, del cual se decía que estaba muerto, es la enésima acta de defunción que expiden (…), que nos hacen autopsia en vida”. Esa noche, por cierto, fue superado por Morena como primera fuerza de izquierda del país.
Pues la famosa “acta de defunción” aplica también a los dineros del partido, pues la caída electoral que registra desde que AMLO lo abandonó le hizo perder 184.4 millones de pesos en prerrogativas, que serían mayores, si se confirma la reciente pérdida del registro en Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas.
Además debe unos 700 millones de pesos, por lo que acabaron los tiempos de vacas gordas, como aquel Congreso de 2014, en el que salió electo dirigente nacional Carlos Navarrete y renovó los liderazgos estatales y municipales, que costó 100 millones de pesos.
O como el Congreso de septiembre pasado, a un costo de 15 millones de pesos para aprobar su política de alianzas electorales con el PAN en Tamaulipas, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, donde fracasó; y Durango, Zacatecas, Oaxaca y Veracruz, donde sí se dio. Luego se agregó Quintana Roo.
Costó casi el doble de los recursos destinados a sueldos y salarios de todo el personal del partido en septiembre, mes en que se realizó (ocho millones 898 mil pesos) y más de lo presupuestado a “liderazgo político de las mujeres” (tres millones 940 mil 124 pesos).
Ese congreso de 15 millones de pesos modificó el artículo 256 para eliminar la obligación de una militancia mayor a dos años para dirigir el partido, lo cual favoreció a Basave, quien se había afiliado apenas un mes antes y fue ungido en noviembre.
Así que la crisis financiera provocada por aquellos dispendios impide ahora costear habitaciones, transporte y comida para los 320 consejeros nacionales que decidirán la ruta para elegir al sucesor de Basave, además de que el PRD busca que le presten un espacio para no rentar un hotel como siempre.
Esos frentes tiene abiertos: crisis electoral, financiera, de dirigencia…
El acabose, pues.
ruben.cortes@razon.com.mx
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